domingo, 24 de junio de 2007

Teatro anterior a 1939

Extraído en parte de : http://www.edu.xunta.es/contidos/premios/p2003/b/archaron7/LITERATURA/TEATRO_XX.htm

Los diferentes grupos y tendencias del teatro español anterior al 36 pueden agruparse en los siguientes apartados:

1. LA COMEDIA BURGUESA. También conocida como comedia benaventina, ya que fue JACINTO BENAVENTE su autor más representativo. Benavente (Premio Nobel de Literatura en 1922) rompió con la grandilocuencia de los dramas de Echegaray y ofreció un teatro con un mayor interés por el diálogo conversacional y un tono más realista.

Los temas y personajes de la comedia burguesa se corresponden con los de las clases medias y altas de la sociedad de entonces y con los conflictos típicos de esos grupos sociales: amores insatisfechos, infidelidades, hipocresía, murmuraciones, hijos calavera. Benavente consiguió un teatro a la medida de la burguesía de la época, que lo convirtió en el autor más representado; ideológicamente, se limita a criticar de manera superficial las hipocresías y convencionalismos burgueses, pero sin traspasar lo admisible y lo considerado de buen tono. Entre sus obras destacan “Los intereses creados” (1907), “Señora ama” (1908) y “La malquerida” (1913). La primera desarrolla en tono de farsa (por medio de personajes que proceden de la ‘commedia dell´arte ‘italiana) el tema del poder del dinero, contraponiendo el mundo del interés y el mundo del amor, pero no para reivindicar éste a la manera romántica, sino desde un cierto escepticismo cínico y pragmático. Las otras dos siguen el modelo del ‘drama rural’, un tipo de teatro que, ambientado en un mundo campesino dominado por la fatalidad y por atavismos ancestrales, desarrolla un violento mundo de pasiones no controladas por la educación urbana.

2. EL TEATRO POÉTICO O EN VERSO. Surge directamente de la corriente modernista. Se trata de un teatro de pura evasión, sin relación inmediata con la realidad, que recupera temas históricos y legendarios. Destacan Eduardo Marquina (“Las hijas del Cid”, “En Flandes se ha puesto el sol”, sus obras evocan una supuesta España eterna para contraponerla a la de su tiempo, donde “todo es mezquino, trivial, asqueroso”) y los hermanos Machado (Antonio y Manuel Machado escriben en colaboración “La Lola se va a los puertos”).

3. El teatro cómico. La finalidad básica de este teatro es el entretenimiento del público. Bajo este rótulo se engloban tendencias y espectáculos muy diversos, entre ellos la zarzuela y los sainetes, que alcanzaron con Carlos Arniches un gran desarrollo.

CARLOS ARNICHES presenta en sus sainetes una galería de personajes pintorescos de Madrid (chulapos), con sus problemas cotidianos y su forma castiza de hablar. Destacan también sus tragedias grotescas, en las que el autor denuncia una serie de lacras sociales, ya apuntados por los escritores el 98: el atraso cultural de España, la injusticia social , el caciquismo y la inmoralidad de las clases dirigentes; problemas que aborda en obras como “Los caciques” o “La señorita de Trevélez”.

Otro género del teatro cómico es el del astracán, creado por Muñoz Seca y caracterizado por los juegos de palabras, las dislocaciones lingüísticas, los chistes y las parodias de otros géneros teatrales. Su obra más popular es “La venganza de don Mendo”.

Los hermanos Álvarez Quintero (Serafín y Joaquín) estrenaron gran cantidad de obras en las que predomina el ambiente andaluz. Son obras con una acción sin complicaciones, en las que sobresale el empleo de un diálogo gracioso.

4.- INTENTOS DE RENOVACIÓN TEATRAL:

a.- UNAMUNO

En la Generación del 98, Unamuno cultivó el teatro como un medio de expresar sus inquietudes existenciales; sus obras se caracterizan por sus diálogos densos y una mínima escenografía; es un teatro intelectual y filosófico en el que refleja sus obsesiones por el paso del tiempo, la muerte y la búsqueda de la felicidad. Entre sus obras destacan: “Fedra”, “El otro” y “El hermano Juan o el mundo es teatro”-

b.- TEATRO DE INNOVACIÓN /DRAMATURGOS DE RUPTURA: VALLE-INCLÁN Y GARCÍA LORCA.

VALLE INCLÁN.

Para algunos el autor más importante de la dramaturgia nacional. Su obra supone una revolución en la historia del teatro español y la semilla de los nuevos caminos abiertos por el teatro actual: para referirse a él se hablará de "compromiso con la realidad", "teatro de denuncia", "técnica del distanciamiento", "teatro del absurdo".

Su obra teatral suele agruparse en tres ciclos:

a) El mito: La acción transcurre en una Galicia mítica, intemporal: Comedias bárbaras, Divinas palabras.

b) La farsa: Obras situadas en un espacio más 'ridículo', propio del siglo XVIII: jardines, rosas, cisnes: La marquesa Rosalinda, Farsa y licencia de la reina castiza.

c) El esperpento: Luces de Bohemia, (1920) y la trilogía “Martes de carnaval” (“Los cuernos de don Friolera, 1921; “Las galas del difunto”, 1926; “La hija del capitán”, 1927).

EL ESPERPENTO es un intento de presentar la realidad española, pero dando no una visión natural y real, sino presentando los hechos de una manera exagerada y burlesca. Nos presenta una realidad deformada, para que el espectador quede sorprendido y tome conciencia de la misma. El objetivo es parecido al mismo que perseguirá más tarde B. Brecht con su técnica del "distanciamiento". Se presenta en el escenario un mundo insólito y sorprendente, para que el espectador lo relacione con su propia realidad cotidiana y se dé cuenta de lo que esta tiene también de insólito.

El TEATRO esperpento (hay obras esperpénticas que no son teatro: el poema “La pipa de Kif” y las novelas “Tirano Banderas” y “El ruedo ibérico”) es un teatro de crítica de una realidad falsa y de unos valores que ya no tienen sentido (Actitud crítica de los hombres del 98, a la que se incorpora Valle después de una época de literatura preciosista cargada de princesas, salones, aristocracia; sin embargo, en esta época la crítica noventayochista ya había cedido).

LUCES DE BOHEMIA inicia la estética del esperpento. La obra cuenta el recorrido (el último, porque al final muere) de Max Estrella y su compañero Latino de Hispalis por la noche madrileña (Una noche, desde el atardecer hasta el amanecer del día siguiente).

Max Estrella, después de haber sido desposeído de la posibilidad de hacer vivir malamente a su familia, después de haber sido encarcelado, abofeteado, perdido su dignidad al aceptar una arbitraria pensión, se muere arrimado al quicio de un a puerta y es traicionado y esquilmado por su lazarillo (le roba la cartera).

¿Cómo es el mundo que denuncia?: un mundo en el que sólo hay miseria, injusticia, arbitrariedad, violencia, estupidez ("Tú gusano burocrático, no sabes nada. Ni soñar (escena 5ª) (" Si no fuese un borracho, ya me hubiese pegado un tiro) ("Me muero de rabia..." final de la escena 11). ("España es una deformación grotesca de la civilización europea", escena 12) "Latino, llévame al viaducto. Te invito a regenerarte con un vuelo" (final escena 11; alusión al viaducto madrileño, lugar desde el que se tiraban los suicidas).

Bajo los personajes de ficción se esconden muchos personajes reales de la época; pero también hay alusiones a personajes históricos con su propio nombre: Unamuno, Alfonso XIII, Pastora Imperio, Antonio Maura, Joselito.

FEDERICO GARCÍA LORCA

La obra dramática de Lorca puede agruparse en tres grandes bloques:

Primeras piezas teatrales.

En 1920 estrena “El maleficio de la mariposa”, obra de influencia modernista sobre el amor entre una cucaracha y una linda mariposa, que inaugura ya el tema fundamental de la dramaturgia lorquiana: la insatisfacción amorosa. El estreno fue un fracaso del que Lorca se resarció pronto con “Mariana Pineda”, drama histórico basado en la heroína ajusticiada por Fernando VII en Granada por haber bordado una bandera liberal. A estas dos obras se unen las farsas trágicas sobre amores desgraciados de “La zapatera prodigiosa” y “Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín”. En esta primera época también compone varias piezas breves de teatro de marionetas, al que dio al denominación de “Los tííteres de cachiporra”; en ellos desarrolla otro de los temas nucleares de su dramaturgia: el conflicto autoridad/libertad.

Teatro vanguardista: las comedias imposibles o misterios.

Lorca dio este nombre a las comedias creadas bajo el influjo surrealista. La técnica surrealista le vale para explorar en los instintos ocultos del hombre. Así en “El público” (incompleta) Lorca defiende el amor como un instinto ajeno a la voluntad, que se manifiesta de formas muy diversas, entre ellas, la homosexual; y critica a una sociedad que condena a todo el que es diferente.

La etapa de plenitud.

Lorca escribe durante los años treinta obras teatrales que sí alcanzan el éxito comercial: “Bodas de sangre”, “Yerma”, “Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores” y “La casa de Bernarda Alba”. Todas ellas tienen en común el protagonismo de las mujeres, cuya situación de marginación social es tema común en las cuatro.

“Bodas de sangre” y “Yerma” son dos tragedias de aire clásico, en las que Lorca mezcla la prosa y el verso, utiliza coros como en la tragedia griega para comentar la acción, maneja elementos simbólicos y alegóricos... En “Bodas de sangre” (una novia huye con su antiguo novio el día de su boda”) aparecen temas conocidos de Lorca (el amor, la violencia, la muerte, las normas sociales que reprimen los instintos). “Yerma” aborda otros temas muy lorquianos: la esterilidad, la opresión de la mujer, el anhelo de realización que choca con la moral tradicional... “Doña Rosita la soltera” es un drama urbano, también en prosa y verso -aunque aquí el verso sirve para satirizar y parodiar-, que trata de las señoritas solteras de provincias condenadas a esperar inútilmente el amor en un medio burgués mediocre que ahoga sus deseos de felicidad; el drama de “la cursilería española, de la mojigatería española” como señala el propio Lorca.

La Casa de Bernarda Alba

No fue representada ni publicada en vida de Lorca, pero se hicieron dos lecturas públicas pocos días antes de su muerte. Al parecer, Lorca, pensaba retocar sobre todo los actos II y III para su representación escénica que correría a cargo de Margarita Xirgu (esta célebre actriz finalmente la representaría en Buenos Aires, 1945).

La casa ha planteado a la crítica el problema de su clasificación genérica; en concreto el de ¿Drama o Tragedia?:

1.- La casa es una tragedia que formaría parte, por su temática y como miembro añadido, de una trilogía en la que también estarían Bodas de sangre y Yerma.

2.- La casa es un drama, porque así lo concibió el propio Lorca cuando subtituló la obra como “Drama de mujeres en los pueblos de España”.

Los que se inclinan por esta última hipótesis clasifican de modo distinto el teatro de Lorca que los que sostienen que La casa es una tragedia; además, por otra parte, plantean una evolución definitiva en Federico: éste depura formal y temáticamente el modelo teatral adoptado en sus dos tragedias, cuando supera la etapa de las obras vanguardistas (El público, Así que pasen cinco años):

# El peso de elementos simbólicos y fatalistas (la Muerte, la Luna, etc.) es menor; en este sentido La casa es más “realista”, la acción se desarrolla con personajes de “carne y hueso” en un ambiente rural aproximadamente verosímil; todo ello favorecido por el uso casi exclusivo de la prosa como forma de expresión dramática.

·# Pero como declaró en artículos, charlas, conferencias, etc., él quería hacer “poesía en el teatro” y no “verso en el teatro”, llegando incluso a calificar la prosa teatral de Carlos Arniches como ejemplo poético: “El verso no quiere decir poesía en el teatro. Don Carlos Arniches es más poeta que casi todos los que escriben teatro en verso actualmente” (Lorca, 1935). De aquí que no extrañe la presencia de elementos “poéticos” tales como símbolos y metáforas llenos de connotaciones dramáticas y emocionales: el agua en sus diversas formas (el río, la escarcha, el mar, etc.), el contraste entre el blanco y el negro, La casa como espacio físico que connota algo parecido a “muros de una cárcel”, el caballo, el bastón que emplea Bernarda para resaltar su dominio y poder sobre las hijas, etc.

# Algunos han exagerado el presunto contenido político de La casa, convirtiéndola en la prueba inequívoca del “compromiso” de Lorca con la lucha revolucionaria del pueblo español durante la 2ª República, etc. Evidentemente que Lorca era partidario de la República e incluso compartía muchas ideas de la izquierda revolucionaria de aquellos años; pero su objetivo prioritario era componer un “drama”, por eso evoluciona estéticamente para expresar un conflicto “universal”, válido para cualquier lugar o tiempo: es la lucha de la autoridad contra la libertad; del poder familiar, social, económico o político contra el amor verdadero, contra las emociones auténticas del ser humano.

# Con la excusa de la homosexualidad de Lorca, también se han hecho comentarios exagerados sobre el hecho de que sean “mujeres” los únicos personajes explícitos en La casa y las principales protagonistas del teatro lorquiano. No es que se trate de “homosexuales disfrazados de mujeres para poder expresarse libremente”, sino que Lorca, gran conocedor de la psicología femenina y de la situación de explotación sexual y social a que estaba sometida la mujer, la elige deliberadamente para encarnar los conflictos dramáticos universales que hemos dicho en el punto anterior (autoridad/libertad; poder/amor, etc.):“Es que las mujeres son más pasión, intelectualizan menos, son más humanas” (Lorca, en una entrevista en 1934, cuando le preguntaron por qué las mujeres protagonizan sus obras teatrales).

De todos modos, se observa que Lorca presenta de la condición femenina en La casa:

A.-La mujer como ser social, sus prejuicios conservadores, su intransigencia moral, su sentido de la familia.

B.- La mujer y el mundo doméstico: las labores, los vestidos, el comadreo, etc.

C.- La mujer y su mundo interior: su sexualidad, sus inquietudes pasionales tanto las conscientes como las inconscientes.

La casa presenta la siguiente estructura:


ACTO I:

Luto, tras la muerte del marido de Bernarda

ACTO II:

El infierno de la casa

ACTO III:

El desenlace

Escenas más importantes:

> Diálogo de Poncia y Criada.

> La familia y mujeres, después del entierro.

> Bernarda abofetea a Angustias por mirar y oír a los hombres.

> Se fija boda de Pepe el Romano con Angustias. Bernarda la abofetea por maquillarse.

> Charla sobre noviazgo y boda.

> Enfrentamientos de hermanas: Adela se ve con Pepe, celos de Martirio

> Los segadores. Martirio roba a Angustias la foto de Pepe. Bernarda golpea a Martirio.

> La gente persigue a una madre soltera

> Visita de Prudencia: preparativos de la boda. Falso viaje de Pepe

> Bernarda - Angustias; la hija duda del amor de Pepe hacia ella.

> Bernarda - Poncia; Poncia - Criada: intuiciones del desastre.

>María Josefa y la ovejita.

>El desastre: se descubre todo; el disparo. Suicidio de Adela.


Novela anterior a 1939

NOVELA ANTERIOR A LA GUERRA CIVIL

La narrativa anterior al 39 presenta dos generaciones: la Generación del 98 y el Novecentismo.
CARACTERÍSTICAS DE LA NOVELA DE LA GENERACIÓN DEL 98:
En 1902 se publican en España cuatro obras significativas: "La voluntad" de Azorín, "Amor y pedagogía" de Unamuno y "Camino de perfección" de Baroja y “Sonata de otoño” de Valle-Inclán Con ellas e inicia un camino innovador, que culminará en los años y décadas siguientes.
1.- Crítica de los males de España: se escribe contra el caciquismo, las glorias pasadas y males nacionales: el hambre y la ignorancia.
2.- Pesimismo ante la situación histórica (la pérdida de las últimas colonias es tomado como el desmoronamiento de los valores sociales y espirituales.
3.- Influencia de la filosofía (frente al dogmatismo aparecen los planteamientos existencialistas de Kierkegaard y Schopenhauer en los que predominan la falta de sentido de la vida, la duda existencial y el escepticismo);
4.-El dolor de España (nace de un profundo patriotismo, centralista y casticista, representado en Castilla);
5.-El subjetivismo (la realidad queda teñida por la sensibilidad personal);
6.-Renovación estética o estilo (huyendo de las formas retóricas burguesas del XIX como el retórico mismo y el prosaísmo, busca la sobriedad, usando palabras tradicionales y castizas; los géneros que cultivan son la novela-Unamuno, Baroja, Azorín-, el ensayo (Azorín); y en menor medida el teatro (Valle-Inclán) y la poesía (Antonio Machado y Unamuno).

Dos notas son fundamentales en esta nueva orientación de la novela:
1) El subjetivismo o antirrealismo. No se persigue, como en la estética realista, la reproducción exacta de la realidad, sino la expresión de la realidad interior.
2) Concepción totalizadora. La novela es un género multiforme, en el que tienen cabida también la reflexión filosófica, el ensayo, el lirismo... (Azorín habla de ‘novela permeable’).
UNAMUNO (1864/1936)
La novela unamuniana escapa de los postulados tradicionales del género: no hay descripción ambiental, no hay autonomía en los personajes,el desarrollo es mínimo; para estas novelas tan heterodoxas, Unamuno acuñó el término "nivolas". Unamuno se sirvió de la novela, igual que hará con el resto de los géneros literarios que cultivó a lo largo de su vida, para dejar testimonio de su intimidad agónica, para la expresión y reflexión de las mismas ideas obsesivas sobre la religión, la vida, la muerte y la propia conciencia. Para ello interviene en el relato, dialoga con sus personajes, los convierte en símbolos, interpela al lector...
NOVELAS MÁS IMPORTANTES: En 1914 publica Unamuno la que, sin duda, es su mejor novela: "Niebla". Lo que más sorprende al lector de esta obra es la utilización del conocido juego vida-literatura: Augusto Pérez, el protagonista de la novela, se enfrenta con su creador en un ambiente de confusión entre lo que es verdad y lo que es ficción. Algunos críticos interpretan la obra desde el problema de la libertad del personaje frente a su creador; si consideramos a Augusto Pérez trasunto de Unamuno, esto le serviría al autor para exponer su rebelión contra Dios.
Unamuno también se sintió atraído por el tema de la lucha entre hermanos, por la historia bíblica de Caín y Abel. Este motivo fratricida sirve de base a su novela "Abel Sánchez" (1917)
Tras "La tía Tula" (1921), Unamuno publica "San Manuel Bueno, mártir “ (1930). En esta obra aparecen todos los motivos que, recurrente e insistentemente, habían ido apareciendo en sus novelas anteriores: la lucha agónica del individuo en este mundo, el creer y el aparentar creer, la soledad, los problemas de la fe, la vida como sueño... Cuenta la historia de un cura de pueblo que ha perdido la fe, pero que aparenta tenrla para que sus feligreses mantengan intactas sus creencias religiosas.

PÍO BAROJA (1872/1956)
BAROJA
tenía un talante independiente, solitario y sincero que le granjeó enemistades a lo largo de toda su vida. Era de ideología liberal que evolucionará con el tiempo hacia un cierto conservadurismo moral. Sin embargo, las críticas que parecen en sus libros tanto a sectores identificados tradicionalmente con las derechas como con las izquierdas, le enemistaron con los dos bandos enfrentados en la guerra civil.
Formación autodidacta: Estudió la carrera de medicina, que ejerció sólo durante un breve período de tiempo; luego se trasladó a Madrid para regentar un negocio familiar de panadería. Su formación literaria fue anárquica y muy personal, según él mismo confiesa en sus memorias: leyó sin cesar a los narradores y filósofos que le interesaban: Tolstoi.
Dickens. Dumas, Schopenhauer, Kant, Nietzsche.
Su producción narrativa: Se organizan en grupos de tres novelas (trilogías) que siguen un tema común. En estos relatos el autor parte de una observación de la realidad en muy variadas manifestaciones:
SUS OBRAS: Primera etapa (1900-1912) Trilogías:1.- La lucha por la vida (- La busca. - Mala Hierba. - La aurora roja); 2.- La tierra vasca (- La casa de Aizgorri. - El mayorazgo de Labraz. - Zalacaín el aventurero). 3.- La raza: (- La dama errante. - La ciudad de la niebla. - El árbol de la ciencia); 4.- El mar: (Las inquietudes de Shanti Andía-El laberinto de las sirenas- Los pilotos de altura.-) Segunda etapa (1913-1936): (Memorias de un hombre de acción) serie de novelassobre un personaje llamado Avinareta .- Tercera etapa (1939-...): Desde la última vuelta del camino (memorias).
El objetivo de la narrativa de Baroja era entretener al lector. Sus novelas se caracterizan por los siguientes rasgos:
- Novelas centradas en un personaje -activo y dominador o pasivo y sin voluntad-
- Acción y diálogos abundantes,
- Marcada presencia del narrador a través de comentarios y reflexiones (lo que permite al propio Baroja expresar sus ideas filosóficas, literarias y políticas).
- Descripciones impresionistas a base de pinceladas o unos pocos detalles físicos y psicológicos
- Cierto desaliño expresivo (exagerado por los críticos).
VALLE INCLÁN (1866/1936)
Dos estilos definen la obra de Valle: modernismo y esperpento. Los años iniciales están marcados por la tendencia modernista y representados por las cuatro "Sonatas", subtituladas “Memorias del Marqués de Bradomín”: Sonata de otoño (1902), Sonata de Estío (1905), Sonata de Primavera (1904) y Sonata de invierno(1905); supuestas memorias del Marqués de Bradomín, una especie de donjuán, "feo, católico y sentimental". La vida de este peculiar caballero español aparece envuelta en un halo de misterio, aventuras, amores y provocación, en un ambiente de elegancia exquisita, pero decadente. Lo más destacable de las Sonatas, son sus valores formales, la prosa rica, refinada, sensual y llena de ritmo.
De esta primera época también es la trilogía de “La guerra carlista” (1908/1909), que narran episodios de la última guerra carlista de España.
Entre las obras de la última época destaca la que sin duda, es una de las mejores novelas de la primera mitad del siglo XX, "Tirano Banderas" (1926). La historia se centra en un supuesto dictador americano y no está localizada en un tiempo ni espacio concretos(aunque la ambientación lleva a pensar inmediatamente en México, país que valle visitó varias veces). En ella sigue apareciendo la técnica esperpéntica, esa visión deforme y monstruosamente grotesca de los personajes. Merece destacarse el asombroso dominio de la lengua con la incorporación de giros y expresiones hispanoamericanas.
Por último las tres novelas del "Ruedo ibérico" (1927-1932), en las que Valle intenta reflejar la historia y vida de nuestro país desde el reinado de Isabel II hasta el desastre del 98, ponen al descubierto la degradación social y moral de España durante esta época.

AZORÍN.-
En las novelas de Azorín (José Martínez Ruiz) la narración se fragmenta en instantáneas que congelan el tiempo y captan la impresión del instante. Ejemplo de novela impresionista son La voluntad, Antonio Azorín, Confesiones de un pequeño filósofo Más tarde escribe “Don Juan” (1922) y “Doña Inés” (1925), en las que se describe minuciosamente el ambiente y la sensibilidad de los personajes.
NOVELA NOVECENTISTA (GENERACIÓN DEL 14)
Destacaremos a los escritores que introducen novedades importantes en el tratamiento de las novelas. Y entre ellos los principales serán Ramón Pérez de Ayala y Gabriel Miró. Gran influencia tendrá la figura de Ramón Gómez de la Serna, pero más en el terreno de la poesía. Todos estos autores suponen una superación de los patrones o esquemas narrativos anteriores, aunque cada uno por un camino distinto: el lirismo (Gabriel Miró), la ironía o el humor (Ramón Gómez de la Serna, Wenceslao Fernández Flores), el intelectualismo (Pérez de Ayala) o la deshumanización.
Gabriel Miró.
Destacan sus obras Nuestro Padre San Daniel (1921), y El obispo leproso (1926), que forman un bloque. Transcurren en Oleza (trasunto de Orihuela), representación de un mundo nebuloso, casi desaparecido, que el autor pretende rescatar. La acción es mínima. Lo fundamental es la creación de ambientes y de personajes. Miró aspira a captar la vida monótona y asfixiante de una comunidad cerrada. En la obra se desarrolla un enfrentamiento entre los que viven dominados por la idea del pecado y los que están abiertos a la felicidad y al disfrute humanos.
Las cerezas del cementerio (1910) y El abuelo del rey (1915) son otras obras importantes.

Ramón Pérez de Ayala (1888-1962)
Comienza escribiendo en una estética noventayochista para pasar después a la novela "intelectual". Andrés Amorós divide su obra en tres etapas:
1) Tetralogía que narra la vida de Alberto Díaz de Guzmán, personaje barojiano, "alter ego" del autor. Tinieblas en las cumbres (1907), A.M.D.G.-de marcado acento antijesuítico- La Pata de la raposa (1912) y Troteras y danzaderas (1913). Pérez de Ayala pretende "reflejar la crisis de la conciencia hispánica desde principios de este siglo".
2) "Novelas poemáticas de la vida española", publicadas en 1916 en un solo volumen formado por tres relatos. Desaparece lo autobiográfico y ganan terreno las ideas. Están consideradas como novelas "puente" entre las dos etapas principales.
3) En 1921 comienza su última y más lograda etapa. La acción disminuye; los personajes encarnan ideas o actitudes vitales. Su mejor obra, quizás, es Belarmino y Apolonio (1921).
Ramón Gómez de la Serna.
Su vida y obra son una constante ruptura con lo establecido, con las convenciones. Dar conferencias vestido de torero o celebrar banquetes en quirófanos fueron algunas de sus excentricidades. Este carácter excéntrico caracteriza también su literatura. La base de su producción es la greguería, frase o apunte breve que encierra una pirueta verbal o una metáfora insólita: "Humorismo + Metáfora = Greguería".
Como novelista, Ramón rompe los moldes del género. En sus obras cabe de todo. La más famosa es El torero Caracho (1927). No podemos olvidar El Novelista (1924), historia de un autor en busca de motivos para sus novelasy de imaginación. El doctor inverosímil (1921) narra la historia de un médico que cura por medio de extraños métodos.

La novela hacia 1927

En los mismos años en los que llega a su auge la generación poética de Guillén, Lorca... están escribiendo en líneas distintas al menos otros dos grupos de autores. El primero está formado por novelistas republicanos que padecieron el exilio: Juan Chabás, Rosa Chacel, Juan José Domenchina, Esteban Salazar Chapela, Max Aub o Francisco Ayala.

Literatura española posterior a 1939

LA NOVELA POSTERIOR A 1939
1.- LA NARRATIVA DE LA DÉCADA DE 1930 Y LA NOVELA DE EXILIO
La novela de los años 30 (como la poesía) había tendido hacia la rehumanización y el compromiso social, tras abandonar la deshumanización de los años 20. En esta línea se encuentra la literatura de Ramón J. Sender, Max Aub, Francisco Ayala, Rosa Chacel, quienes al acabar la guerra marchan al exilio por su apoyo a la República. Su obra se realiza al margen de la literatura que se hace en España y, en general, tratan con insistencia sobre el tema de la guerra

2.- LA NOVELA DE LOS PRIMEROS AÑOS DE POSGUERRA
En la inmediata posguerra se hace evidente la ruptura de la natural evolución literaria. Así, la novela no puede enlazar con la narrativa social de los años 30, prohibida por el franquismo, ni parece válida la estética deshumanizada de los años 20. En ese panorama de desconcierto abundan tres tipos de narraciones, todas de estilo tradicional: ideológica, realista y humorística. Hasta los años 50 no comienzan los indicios de renovación. En la década de 1940 sólo hay casos excepcionales y aislados, como C. José Cela, Carmen Laforet y Miguel Delibes.
1942: La familia de Pascual Duarte de C.J. Cela
1944: Nada de Carmen Laforet (Premio Nadal)
Estas dos novelas comparten el tono sombrío y existencial, que contrasta con el triunfalismo o la actitud evasiva, general en la novela de éxito de la inmediata posguerra. A estas nuevas voces se les unen poco después otras como la de Miguel Delibes y Ana María Matute. En general, estos novelistas coinciden en reflejar el desolado mundo de la posguerra desde una perspectiva pesimista y existencial; por eso abundan en sus narraciones los personajes desorientados, tristes y frustrados.
La familia de Pascual Duarte, de Cela, provoca una polémica en torno al tremendismo. Se le acusaba de deformar la realidad al subrayar lo más desagradable. En 1942, suponía un revulsivo, pues la truculencia y la visión desolada del mundo contrastaba con una narrativa triunfalista. La novela narra un cúmulo de crímenes y de atrocidades que parecen verosímiles por el tipo de protagonista y por el ambiente. Como un nuevo pícaro, Pascual Duarte narra su biografía para que entendamos cómo ha llegado a ser un condenado a muerte.
La obra refleja un radical pesimismo, cercano al existencialismo. La publicación de una novela tan desgarrada en un momento de censura política y moral muy estricta, sólo se explica por ser Cela un excombatiente franquista y porque los sucesos se sitúan en la España de posguerra. Toda su obra refleja pesimismo ante el mundo y el ser humano (P. Baroja). Su tono es distanciado y burlón, con humor negro, desgarrado y cruel. Refleja una visión deformada del mundo.
3.- DÉCADA DE LOS 50. CONTEXTO SOCIAL Y CULTURAL
Con la Guerra Fría, en los años 50, España empieza a salir del aislamiento y se incorpora a algunos organismos internacionales, en la órbita de EEUU. El incipiente desarrollo del turismo y la industria conlleva cierta recuperación económica y cambios en los estilos de vida, como las migraciones de los campesinos hacia las ciudades, la difícil inserción de estas personas en los suburbios urbanos, .Al mismo tiempo, los jóvenes que han vivido la guerra como niños o adolescentes consideran la guerra y el país de posguerra desde otra perspectiva y aparecen actitudes críticas respecto al poder y a la división social entre vencedores y vencidos. Estas posturas se manifiestan sobre todo en círculos obreros y universitarios.
Para muchos, “La colmena” de Cela, publicada en 1951, es un precedente de la novela social. En ella con más o menos realismo aparece reflejada la sociedad del momento (la de la inmediata posguerra).Pero es hacia mediados del decenio cuando se dan a conocer toda una serie de escritores que, con una intención crítica, van a llevar a sus novelas como temas fundamentales las injusticias y las desigualdades sociales (literatura comprometida). Como técnica narrativa, se recurre al objetivismo o behaviorismo: el narrador desaparece (se limita a unas escuetas informaciones referentes a lo que una cámara fotográfica podía registrar) , no hay introspección ni pensamiento de los personajes, y todo el relato se basa en el diálogo de los personajes. A menudo; se emplea un lenguaje cercano al coloquial.

Se distinguen dos tendencias:
a) El neorrealismo. Que se centra en los problemas del hombre como ser individual (la soledad, la frustración...): Ana Maria Matute, Ignacio Aldecoa, (“El fulgor y la sangre”), Rafael Sánchez Ferlosio (“El Jarama”, 1956; novela conductista; crónica de un día de domingo de un grupo de jóvenes junto al río Jarama) y Carmen Martín Gaite (“Entre visillos”).
b) Novela social (realismo social): se centra en los problemas de los grupos sociales. Jesús Fernández Santos (“Los bravos”, 1954), Jesús López Pacheco (Central eléctrica), Juan García Hortelano ( “Nuevas amistades”, 1959, “Tormenta de verano”); Armando López Salinas (“La mina”)En los años cincuenta también se cultivan otros tendencias narrativas: libros de viajes y relatos cortos o cuentos (Ignacio Aldecoa)
El tema de la novela es la propia sociedad española: la dureza de la vida en el campo, las dificultades de la transformación de los campesinos en trabajadores industriales; la explotación del proletariado y la banalidad de la vida burguesa. El estilo de la novela realista es sencillo, tanto en el lenguaje como en la técnica narrativa, se pretende llegar a un amplio público. Los contenidos testimoniales o críticos son más importantes.
4.- LA NOVELA DE LOS AÑOS SESENTA: ENTRE LA PREOCUPACIÓN SOCIAL Y EL EXPERIMENTALISMO
Durante la década de los sesenta no se pierde la novela comprometida socialmente, aunque como hemos visto, ya desde los últimos años de la década de los cincuenta se detecta un cierto agotamiento de esta tendencia y una clara evolución hacia la experimentación y la renovación. Autores como Luis Goytisolo o Juan Goytisolo constituyen la avanzadilla de las nuevas tendencias. Además, los escritores españoles se dejan influir por los autores europeos (Proust, Kafka, Joyce), norteamericanos (Faulkner, Dos Passos) o latinoamericanos (Vargas Llosa, Cortázar, García Márquez), de manera que las novelas pasan a ser más complejas y experimentales, quizás dirigidas a un lector con mejor preparación intelectual que en los años cincuenta. Las novedades no afectan sólo al argumento o la estructura, también a la ortografía, ya que algunos autores suprimen los signos de puntuación, o los párrafos, y es frecuente que se mezclen los géneros. Ya no se pretende sólo denunciar la situación social, sino que también se persigue la belleza formal, es decir, que la novela constituya un producto bello en sí mismo. La experimentación contribuye a esta finalidad con la introducción de otros elementos, como el perspectivismo argumental o los continuos saltos hacia atrás o hacia delante en el argumento. Dos novelas son consideradas los modelos de las nuevas tendencias: Tiempo de silencio (1962) de Luis Martín Santos y Señas de identidad (1966) de Juan Goytisolo.
5.- LA NOVELA DESDE LOS AÑOS SETENTA HASTA HOY
La narrativa se aleja del experimentalismo y del mero juego literario. Hay una vuelta al interés por la historia, por el argumento, por la intriga (Lo que se ha dado en llamar ‘regreso a la narratividad”); pero no por ello se vuelve al realismo típico de la narrativa del XIX, ni al más próximo del realismo social. La ambientación realista sólo sirve de marco verosímil a las preocupaciones estrictamente individuales de los personajes.
Pero las novelas de hoy son deudoras en recursos y procedimientos técnicos tanto de la renovación narrativa de los sesenta como de las más variadas tradiciones novelísticas de nuestro siglo: novela negra, de aventuras... Se utiliza la tercera persona narrativa, pero también la primera y el monólogo interior; se vuelve al relato lineal, pero también se echa mano de cierto desorden cronológico.
PRÁCTICAMENTE ningún género ha estado ausente de la novela española de los últimos veinte años: novelas de amor, de aventuras, policíacas, fantásticas, psicológicas, novela negra, novela histórica, relatos autobiográficos, etc.
El inicio del nuevo giro lo marca “La verdad sobre el caso Savolta” (1975) de EDUARDO MENDOZA; otras obras suyas son “El misterio de la cripta embrujada”, “El laberinto de las aceitunas”, “La ciudad de los prodigios”.
Otros autores en los que es importante la INTRIGA: Javier Marías, Luis Mateo Díez (“El expediente del náufrago”); Manuel Vázquez Montalbán (como autor de novela policíaca), Juan José Millás, Antonio Muñoz Molina (“Beatus ille”, 1986; “El invierno en Lisboa”, 1987; “El jinete polaco”;, 1991; “Beltenebros”, 1989; “Plenilunio”, 1997)

Otros géneros novelísticos:
La novela de recreación histórica que irrumpió con fuerza tras el éxito de escritores extranjeros como Umberto Eco (“El nombre de la rosa”). “El hereje” de Miguel Delibes (ambientada en los tiempos de la Inquisición); Arturo Pérez Reverte ("El maestro de esgrima", “El club Dumas”, “La tabla de Flandes”- ejemplos de novela comercial ).
La novela lírica y emotiva: Francisco Umbral
El realismo imaginario de Luis Landero (“Juegos de la edad tardía”, 1989); Julio Llamazares (“ La lluvia amarilla”, 1988 -largo monólogo del último habitante de un pueblo de montaña condenado a desaparecer bajo un embalse.)
El relato de tipo psicológico (“Visión del ahogado”, “El desorden de tu nombre” de Juan José Millás.

ANEXO: LA VERDAD SOBRE EL CASO SAVOLTA
(Extraído de http://www.edu.xunta.es/contidos/premios/p2003/b/archaron7/LITERATURA/SAVOLTA5.htm

1.- Contexto socio-histórico

La novela recrea el ambiente de Barcelona en el período 1917-1919.

A principios de siglo, Barcelona es el núcleo más industrializado de España. Surgen movimientos anarquistas, sindicalistas y socialistas que tratan de organizar el descontento de la clase trabajadora.

En 1911 los anarquistas fundan la Confederación Nacional de Trabajadores (CNT), que en pocos años será el sindicato más numeroso (los anarquistas habían adquirido gran popularidad en la última década del XIX con una serie de atentados como la explosión de una bomba en el Liceo de Barcelona –alusiones en la novela, fue cuando perdió la mano Claudedeu- y el asesinato de Cánovas del Castillo).

Con la Primera Guerra Mundial del 14 y debido a la fuerte demanda de los países beligerantes la industria textil catalana vive momentos de esplendor, que provoca el enriquecimiento de unos pocos mientras la mayoría pasa por muchas dificultades.

En 1917 la carestía de vida y el resquemor de la clase obrera, agobiada por la inflación, hacen que se proclama la huelga general revolucionaria. En 1919 huelga de La Canadiense –empresa de capital extranjero monopolizadora de la producción eléctrica en Cataluña-, que logra dejar Barcelona a oscuras, obligando a cerrar las fábricas. Cuando a finales de 1919, los patronos con el apoyo del gobierno y de los políticos catalanistas deciden clausurar las empresas y dejar sin empleo a miles de trabajadores, la acción terrorista desplaza del escenario catalán la lucha sindical. Los pistoleros de la central libertaria se enfrentan a los de la patronal catalana al tiempo que el terrorismo oficial populariza el aniquilamiento mediante la “Ley de fugas”. Es el preámbulo lejano de la Guerra Civil.

En el libro hay alusiones a Cambó. Francesc Cambó fue un nacionalista catalán de carácter burgués y conservador y de entendimiento con los gobiernos de Madrid; frente a él estaba el nacionalismo izquierdista de Francesc Macià que pensaba que Cataluña debía luchar por su reconocimiento como República independiente.

2. CONTENIDO Y ESTRUCTURA DE LA NOVELA

La novela recoge una serie de recuerdos del protagonista, surgidos con ocasión de un pleito judicial muy posterior a los hechos recordados (hasta la penúltima página no aparecen las razones de ese pleito: el cobro de una póliza de seguros)

La novela se compone de dos partes, divididas respectivamente en cinco y diez capítulos. Cada uno de estos está formado a su vez por un número indeterminado de secuencias (184), marcadas por espacios en blanco.

En la 1ª parte (cinco capítulos), aparecen mezclados tres tipos de textos:

· Documentos que se han presentado como pruebas (artículos publicados por el periodista Pajarito de Soto, declaraciones ante el comisario Vázquez, cartas, etc.) y transcripciones literales de los interrogatorios que se producen en un juicio que se celebra en Nueva York, en 1927, para tratar de aclarar los hechos acaecidos entre 1917 y 1719.

· Una narración en tercera persona (narrador omnisciente).

· Una narración en primera persona, en la que Javier Miranda va contando su versión de los hechos.

Se plantean los acontecimientos decisivos: muertes confusas de Savolta, Pajarito y Claudedeu. Se trata de una serie de páginas que pueden llegar a despistar al lector no familiarizado con los nuevos procedimientos narrativos.

A veces un mismo documento se nos ofrece separado en varias secuencias. Por ejemplo el artículo de Pajarito de Soto, con el que se inicia la novela: se inicia en la secuencia 1ª, continúa en la siete y vuelve a reaparecer, ya sin título, en la once, veintiuna, veintiséis, treinta y una y treinta y seis.

En la 2ª parte (diez capítulos), desaparecen casi por completo todos los documentos relacionados con la investigación oficial del Juzgado de Nueva York, pero continúa la doble narración en 1ª persona (recuerdos de Javier Miranda) y 3ª persona del narrador omnisciente

En los cinco primeros capítulos de la segunda parte, con eventuales saltos temporales, se nos cuenta el ascenso social de Lepprince y el matrimonio de Miranda con María Coral. Algunos personajes están empeñados en descubrir los sucios manejos del francés.

En los capítulos restantes (desde la secuencia 130), la trama se desarrolla de forma lineal: se aclaran los aspectos oscuros de la trama y Javier Miranda se da cuenta de cómo él también ha sido utilizado por Lepprince. Hacia el final, el comisario Vázquez hace un resumen de los hechos (p.440 de la ed. Seix Barral)

Lo verdaderamente significativo es que frente al modo de contar tradicional, centrado en único narrador que presenta la historia de principio a fin, en “La verdad del caso Savolta” aparecen procedimientos como desorden temporal (el relato no sigue un orden cronológico), multiplicidad de perspectivas desde las que se nos cuenta (documentos, recuerdos de Javier Miranda, narrador en 3ª persona), diversas modalidades del discurso (diversos registros lingüísticos: coloquial, culto, lenguaje administrativo, periodístico...).




TEATRO POSTERIOR A 1939

Teatro en el exilio

MAX AUB : Publica en 1942 “San Juan”. La obra plantea las vicisitudes de un contingente de emigrados judíos que huyen de los nazis en un barco, el “San Juan”, y que no logran ser recibidos en ningún puerto.)

Alejandro Casona: Estrena en Buenos Aires “La dama del alba” (1944), “La barca sin pescador” (1945), “Los árboles mueren de pie” (1949)

AÑOS 40.- Años cuarenta: evasión y humor.

Destacan el teatro de humor, innovador, de Enrique Jardiel Poncela y Miguel Mihura. La obra más representativa de Mihura es “Tres sombreros de copa” estrenada en 1952, veinte años después de ser escrita. Es una comedia que satiriza la rutina y mediocridad de la burguesía de provincias y la no menos miserable vida del teatro de variedades; Se enfrentan dos mundos y dos concepciones de la vida: la vida burguesa y prosaica de DIONISIO y la vida poética y de libertad de PAULA.

AÑOS 50.-Teatro existencialista y social.

El teatro realista intentó renovar la escena española y manifestar su oposición a al dictadura. Las obras plantearon temas como a injusticia social, la explotación, la vida de la clase media y baja, la condición humana de los humillados, los marginados.

Destacan dramaturgos como:

Alfonso Sastre (“Escuadrón hacia la muerte”, 1953 “la mordaza”, 1954).

Lauro Olmo (“La camisa”, 1962; drama sobre la emigración)

Antonio Buero Vallejo.

En su obra se pueden distinguir tres etapas:

Etapa existencial (reflexión sobre la condición humana): En “Historia de una escalera”, 1949, los protagonistas son cuatro jóvenes, vecinos en el último piso de una vieja casa: Urbano, obrero de una fábrica; Fernando, dependiente de una papelería; Carmina y Elvira. La obra refleja un mundo gris donde las frustraciones se repiten, no sólo por el peso del medio social sino también por la debilidad personal. En 1950 escribe “En la ardiente oscuridad”.

Teatro social (denuncias de injusticias que atañen a la sociedad): Un soñador para un pueblo”, “El concierto de San Ovidio”, 1962, denuncia la explotación de un grupo de ciegos en el París de los años previos a la Revolución francesa; “El tragaluz”, 1967, centrada en unos personajes marcados inexorablemente por la Guerra Civil.

Etapa de innovaciones: Quizá la novedad técnica más llamativa es lo que se han denominado “efectos de inmersión”, corporeización escénica de sueños o visión de la escena por parte del espectador a través de los personajes. OBRAS: El sueño de la razón”, “Llegada de los dioses”, “La fundación”(1974), en la que nos encontramos en un lujoso lugar que resulta ser la celda de una prisión con cinco condenados a muerte; “La denotación”, 1977, drama histórico centrado en la figura de Larra.

Sus obras últimas son: “Jueces en la noche”, 1979; “Lázaro en el laberinto”, 1986; “Música cercana”, 1989; y “Las trampas del azar”, 1994.

AÑOS 60 Y 70.- RENOVACIÓN FORMAL

a) Dentro del teatro comercial, siguen triunfando las comedias de Mihura, Jaime salom, Jaime de Armiñan, Ana Diosdado. Entre los nuevos sobresale Antonio Gala: En 1963 estrena su primer comedia, “Los verdes campos del Edén”. Durante los años setenta goza del favor del público con obras como ”Anillos para una dama”, “Las cítaras colgadas de los árboles”, “Por qué corres, Ulises”. Posteriormente estrena obras como “El hotelito”, “Séneca o El beneficio de la duda”.

b) La experimentación. Como ocurre con la narrativa y la poesía, los nuevos autores consideran acabado el realismo social y buscan nuevas propuestas que se caracterizan por su oposición estética a los “realistas”, aunque en bastantes ocasiones las obras tampoco están exentas de crítica social. Muchas de estas obras no encontraron facilidades para ser representados, o por problemas con la censura, o porque sus audacias formales no encontraron fácil eco en el público. Se habla de “teatro soterrado”, “teatro del silencio”, “Teatro ‘underground’ , “teatro vanguardista”.

Quizá lo más peculiar es el teatro de Fernando Arrabal. Imaginación, elementos surrealistas, lenguaje infantil, ruptura con la lógica son las características del primer conjunto de las obras de Arrabal: por ejemplo, “El triciclo” de 1953. Exiliado en Francia desde 1955, sus obras (generalmente, estrenadas en Francia y publicadas en francés antes que en castellano) se encuadrarían dentro del llamado “teatro pánico” (del griego ‘pan’, todo) y pretenden ser un teatro total que exalta la libertad creadora y persigue la provocación y el escándalo del espectador. Sus obras: “El laberinto”, 1956; “Oye, Patria, mi aflicción” (1975), etc.

En el panorama del teatro bajo los últimos años del franquismo no puede faltar la mención del fenómeno del “teatro independiente”. Bajo este rótulo se engloban grupos como “Los Goliardos”, “Tábano” “Teatro libre” de Madrid; “Els joglars”, “Els Comediants” y “Fura dels Baus” en Barcelona; “Aquelarre”, en Bilbao, etc.

DESDE 1975

Finalizada la dictadura y eliminada la censura parecía abrirse una etapa prometedora para el teatro. Pero, por el contrario, ha sido en estos años cuando la crisis del teatro español se ha hecho más evidente.

Un importante fenómeno del teatro español posterior a 1975 ha sido la creación de instituciones teatrales que dependen de instancias oficiales, tanto del estado como de las comunidades autónomas o municipios. Así, en 1978 se creó el Centro Dramático Nacional y posteriormente El Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas y la Compañía Nacional de Teatro Clásico.

Francisco Nieva (dos veces Premio Nacional de Teatro, Premio Príncipe de Asturias de las Letras, académico de la Lengua...) es probablemente el más importante de los dramaturgos experimentales de la segunda mitad de siglo. Aunque escribe obras de teatro desde los años cincuenta, no las ve representadas de forma regular hasta después de la muerte de Franco. Ligado al grupo literario de los ‘postistas’ de finales de los cuarenta y principios de los cincuenta, su teatro va a caminar por la senda de lo surrealista, lo onírico, lo fantástico y lo imaginativo. El propio dramaturgo ha subdividido su obra en “teatro de crónica y estampa”, “teatro de farsa y calamidad” y “teatro furioso”. Al primer grupo pertenecen obras de estética más realista. En Las obras del segundo grupo se da más importancia a lo irracional e imaginativo. Finalmente, el “teatro furioso” extremará los rasgos de libertad imaginativa y ruptura de todo corsé teatral preestablecido. Se trata de que se produzca de forma plena la liberación del subconsciente. Al “teatro furioso” pertenecerían obras como “Pelo de tormenta”, 1972; ”Nosferatu”, 1975; “Te quiero zorra”, 1987, “El baile de los ardientes”, 1990 ...

Otros autores de esta época: Sanchís Sinisterra (1940): “¡Ay, Carmela! de 1986, José Luis Alonso de Santos: ”Bajarse al moro” de 1985; Fernando Fernán Gómez: “Las bicicletas son para el verano” ; Paloma Pedrero (1957): “Besos de lobo” de 1991, Ignacio Amestoy, Premio Nacional de Teatro del 2002 con “Cierra bien la puerta” etc.


POESÍA POSTERIOR A 1939

MIGUEL HERNÁNDEZ (1910-1942)

Nacido en Orihuela en 1910, participó como soldado junto al ejército republicano durante la guerra civil. Al acabar la contienda fue encarcelado en diversas ciudades españolas y condenado a muerte; aunque la sentencia fue conmutada por treinta años de reclusión su vida se vería truncada definitivamente en 1942, en la cárcel de Alicante, a consecuencia de la tuberculosis

En su producción poética se han establecido CUATRO ETAPAS:

a) Etapa caracterizada por una poesía de tono barroco, que se refleja en “Perito en lunas” (1934). son cuarenta octavas reales de influencia gongorina y vanguardista. Sobresalen las metáforas y los símbolos como medios poéticos para transmutar y enriquecer la realidad (la luna, el toro, la noria, el labrador...).

b) En 1936 publica El rayo que no cesa”. El centro vital de la obra es la pasión amorosa hacia la que sería su mujer, Josefina Manresa, pero una pasión impedida por los convencionalismos de una moral provinciana: el amor es un "rayo" que se clava en el corazón con trágicos presagios de muerte. En cuanto al estilo, Miguel Hernández ha abandonado el barroquismo de su obra anterior y presenta una poesía más desarraigada, instalada en la corriente abierta por su amigo Pablo Neruda de la "Poesía impura" y en la concepción del amor como fuerza telúrica, propia de Aleixandre. La obra se compone sobre todo de sonetos, aunque en ella se incluye en tercetos encadenados su célebre "Elegía a Ramón Sijé", muerto en 1935, un canto sincero y emocionado al amigo.

c) Durante la guerra, Miguel Hernández emplea su POESÍA PARA LUCHAR por la causa republicana y escribe "Viento del pueblo", obra con la que se suma al romancero de la guerra civil. Como el viento, la voz del poeta alienta a los soldados en las trincheras, arenga a la lucha, mantiene viva la esperanza. Son poemas que lloran la muerte de Lorca, de los hombres en el frente de batalla, que cantan al niño yuntero, al sudor de los campesinos, a la compañera, esposa y amante lejana... En esta tercera etapa también escribe Miguel Hernández “El hombre acecha”, la palabra es todavía símbolo de resistencia, pero la muerte del primer hijo y la derrota de la guerra sumen al poeta en la desolación.

d) Poesía desnuda y profunda (Las metáforas se han reducido sensiblemente en busca de una expresión directa y esencial). Son los poemas, escritos la mayoría en la cárcel, que se recogen en Cancionero y Romancero de ausencias” (1938-1941): el poeta se duele de la ausencia de los suyos y escribe intensos poemas de amor a su mujer, también recuerda una guerra que sólo ha provocado odio y destrucción; pero aun así no renuncia a la esperanza. Uno de los poemas es Nanas a la cebolla”, dedicado a su segundo hijo

AÑOS 40

Los años cuarenta: La poesía se desarrolló en torno a tres revistas: “Escorial”, “Garcilaso” y “Espadaña”.

“Escorial” reunió a los poetas de la generación del 36 (LUIS ROSALES, LEOPOLDO PANERO, DIONISIO RIDRUEJO Y LUIS FELIPE VIVANCO), que se decantaron por una poesía intimista de temas líricos tradicionales: el amor, la muerte, la tierra, el paisaje.

“Garcilaso“ se fundó con apoyo oficial del régimen franquista para consolidar una poesía que sirviera a los fines de la dictadura. Su director fue José García Nieto y sus autores son básicamente los mismos poetas de Escorial. Los temas fundamentales son Dios y la patria, el paisaje castellano, el amor... Tienen un admirable dominio de la técnica. Poesía esteticista y de evasión que Dámaso Alonso denominó “poesía arraigada”. Ofrecen una visión positiva del mundo obviando la dura realidad española del momento.

La revista “Espadaña” (1944). Contra esta visión esteticista y de evasión , reaccionan una serie de escritores que reclaman una poesía con mayor contenido humano y existencial, que refleje la desgarradora realidad española de la época (“poesía desarraigada” la llamó Dámaso Alonso). Renace la idea de poesía como comunicación, que busca compartir con el lector problemas comunes. TEMAS: la angustia histórica (causada por la guerra) y la angustia existencial (la ausencia de Dios, la soledad, la muerte...). Fecha clave es el año 1944 en que se publica “Hijos de la ira” de Dámaso Alonso (“Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres”) y “Sombra del Paraíso” de Vicente Aleixandre, así como la creación de la citada revista “Espadaña” (1944).

En este grupo destacan: EUGENIO DE NORA, VICTORIANO CREMER, GABRIEL CELAYA, BLAS DE OTERO, CARLOS BOUSOÑO, JOSÉ HIERRO.

Vanguardismo. Además de los dos polos señalados (poesía arraigada y poesía desarraigada), hay escritores que intentan enlazar con la generación del 27 (el grupo “Cántico” de Córdoba) y con el surrealismo: la revista “Postismo” –abreviatura de postsurrealismo- de Carlos Edmundo de Ory En la poesía surrealista el deseo se constituye en el motor del mundo. Los principales recursos estilísticos son metáforas encadenadas que tienen su base en el sueño, la alucinación y el subconsciente.

AÑOS 50 POESÍA SOCIAL

Hacia 1955 se consolida —en todos los géneros— el llamado «realismo social». De esa fecha eran dos libros de poemas que marcan un hito: Pido la paz y la palabra de Blas de Otero y Cantos iberos de Gabriel Cela­ya. En ellos, ambos poetas superan su anterior etapa de angustia existencial, para situar los problemas humanos en un marco social. Su estela será seguida por muchos de los que antes se inscribían en la «poesía desarraigada»:

En cuanto a la temática, hay que destacar la gran proporción que alcanza el tema de España, más obsesivo aún que en los «noventayochistas» y con un enfoque distinto (más político). Dentro de la preocupación general por España y del propósito de un «realismo crítico», se sitúan temas concretos que resultan paralelos a los que vimos en la novela y en el teatro de la misma tendencia: la injusticia social, la alienación, el mundo del trabajo, el anhelo de libertad y de un mundo mejor.. No hará falta insistir sobre ello.

Estilísticamente se trata de una poesía que emplea un lenguaje claro de tono coloquial, pues va dirigida «a la mayoría».

Las tres figuras relevantes de este periodo son: José Hierro, Gabriel Celaya y Blas de Otero.

AÑOS 60 Y 70

A finales de los cincuenta apareció un grupo de poetas que, sin dejar los temas sociales, buscaba una mayor elaboración del lenguaje poético y un desplazamiento de lo colectivo a lo personal. Para ellos el poema es un instrumento que permite al ser humano –y, por tanto, al poeta—conocer el mundo, conocerse a sí mismo. Son los poetas conocidos como la Promoción de los sesenta: Ángel González, Jaime Gil de Biedma, José Ángel Valente, Francisco Brines, Claudio Rodríguez (1934)...

Se puede establecer un temática común a todos ellos:

# la reflexión sobre el paso del tiempo (el tiempo pasa y destruye; sólo la infancia y la adolescencia se verán como un paraíso perdido);

# el amor como cauce del erotismo y la amistad;

# la reflexión sobre la creación poética.

# En algunos poemas tratan asuntos de tema social y político, pero tratados con ironía, un cierto distanciamiento autocrítico y una mayor perfección estilística.

En el estilo es muy visible que el lenguaje conversacional, «hablado», es compatible con una exigente labor de depuración y de concentración de la palabra. Cada poeta se propone la búsqueda de un lenguaje personal, nuevo, más sólido. Sin embargo, no les tientan las experiencias vanguardistas. Frecuentemente recurren al empleo de la ironía

Los años 70: los Novísimos

Preocupación por la forma y el lenguaje; ruptura con la cultura tradicional e inspiración en el mundo del cine, el deporte, televisión, cómic, canciones, incorporación de referencias muy cultas a obras y autores extranjeros (Se les llama los culturalistas; y también “los venecianos” por su gusto por ciudades como Venecia).

El nombre procede de una antología publicada en 1970 por el crítico José María Castellet con el título “nueve novísimos poetas españoles” que incluía a: Pere Gimferrer (la principal figura), Guillermo Carnero, Félix de Azúa, Antonio Martínez Sarrión, Manuel Vázquez Montalbán, Leopoldo Mª Panero, Ana María Moix, Vicente Molina Foix y José Mª Álvarez.

Al culturalismo se incorporan nuevos nombres como Luis Alberto Cuenca y Luis Antonio Villena.

DESDE 1980 A la muerte de Franco (1975)el grupo poético dominante sigue siendo el de los novísimos, pero sus planteamientos se van atenuando.. Tras el progresivo agotamiento de la poética culturalista, van apareciendo una serie de figuras nuevas que entroncan con la tradición clásica -“Los poetas ocultos” los llamó Luis Antonio. de Villena- nacidas entre final de la guerra y mediados de los 50: Juan Luis Panero, A. Colinas (que conjuga modernismo y romanticismo; “Sepulcro en Tarquinia”), Antonio Carvajal (que bebe en la poesía barroca de Góngora). También poesía de exaltación de la sensualidad, el goce vital, belleza corporal... (Ana Rosetti)

Una de las corriente más importantes que aparece durante los ochenta es la llamada Poesía de la experiencia: poemas que expresan experiencias personales que pueden ser comunes a las de sus lectores (experiencias de la vida cotidiana). Los hechos cotidianos, la realidad urbana, suave intimismo, preocupación por el paso del tiempo, tono coloquial... están presentes en poetas como Miguel d´Ors, Julio Llamazares, Felipe Benítez Reyes, Andrés Trapiello. También dentro de esta tendencia los poetas granadinos que suelen agruparse con el título de una antología común: “La otra sentimentalidad” (1983); el más conocido de ellos, Luis García Montero.


viernes, 22 de junio de 2007

Comentario de texto

EL COMENTARIO DE TEXTO

RESUMEN DEL TEXTO

El resumen no es más que la condensación selectiva del contenido de un texto, expresando las ideas esenciales y manteniendo una ilación lógica entre las mismas. En el caso de los textos argumentativos, la confección del resumen implica desvelar la tesis que defiende el autor, así como poner de relieve la línea argumentativa que lo ha conducido hasta ella.
A la hora de realizar un resumen correcto, adecuado y eficaz, han de tenerse en cuenta las siguientes consideraciones:

  • El enunciado ha de ser breve, pero sin caer en lo telegráfico. Seis u ocho líneas deben ser suficientes. NUNCA PASAR DE DIEZ LÍNEAS.

  • La formulación del resumen ha de ser clara y precisa; una simple lectura debe bastar para transmitir fielmente el contenido del texto, por lo que en él han de estar recogidas todas las ideas principales.

  • Debe ser objetivo, es decir, ajustado al pensamiento del autor del texto. En ningún caso incluirá, por tanto, apreciaciones personales o valoraciones críticas del alumno.

  • El resumen debe reflejar, de la manera más exacta posible, el sentido general del texto. No debe consistir en una simple selección de frases o expresiones más significativas del texto, forzadas a relacionarse entre sí para sintetizar el texto; por el contrario, deberá ser el resultado de un proceso de asimilación personal, así como de una redacción condensada de las ideas esenciales, expresadas con un lenguaje y unos recursos lingüísticos propios (ortografía y puntuación correctas; vocabulario apropiado, sintaxis rica y variada, etc.).

  • No deben aparecer detalles secundarios ni ejemplos pormenorizados ni elementos anecdóticos.

COMENTARIO DEL TEMA Y ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS DEL TEXTO

1.- EL TEMA

Todo texto tiene un sentido, presenta una intencionalidad. Establecer el tema es delimitar la idea central que origina y da sentido al texto. Hay que prescindir de los datos anecdóticos y concretos. Debe precisarse: El tema o idea central.
Para ello se puede responder con dos o tres líneas o por una oración. Ejemplo de Tema: «El texto trata el tema de las relaciones entre los intereses económicos y políticos de las grandes potencias y las guerras existentes en el mundo actual» o «En el texto se reflexiona sobre los intereses económicos y políticos existentes en las guerras actuales», etc.

2.- ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS

Se trata de entresacar la organización del texto en unidades (partes) relacionadas entre sí. Es decir, este apartado define claramente las partes en que se divide el texto y el tipo de relación (jerarquización) que se establece entre ellas.
El tema principal puede distribuirse en los distintos apartados o sintetizarse en uno de ellos. También hay que tener en cuenta que en un poema o texto más o menos extenso, los apartados del contenido pueden o no coincidir con las distintas estrofas o párrafos.
Cada uno de los párrafos del texto expresa una idea principal (apartado) que es el conjunto de palabras que son esenciales en la exposición de esa idea y de las que no podemos prescindir para su completa comprensión. porque da sentido a todo el párrafo.
Dentro del texto, aparecen otras ideas secundarias que desarrollan o refuerzan la idea principal del apartado, al que matizan, puntualizan o añaden detalles o ejemplos. Es importante determinar en este análisis el tipo de estructuración que ha elegido el autor para desarrollar a la hora de organizar las ideas.

Estructura analizante o deductiva La tesis que se intenta defender aparece expuesta al principio y, tras ella, se desarrollan los datos o argumentos que han de servir para probarla
Estructura sintetizante o inductiva El contenido del texto se dispone de tal modo que la tesis o idea principal se expone al final, como consecuencia que se deriva o deduce de lo anterior
Estructura encuadrada La formulación de la tesis inicial da paso al desarrollo de la argumentación que la ha de probar, después de la cual vuelve a enunciarse de nuevo, reforzada ahora por los razonamientos aportados.
Estructura paralela. Se exponen sucesivamente distintas tesis relacionadas entre sí, pero sin jerarquizar.
Estructura interrogante . El texto se construye a partir de una o varias preguntas que el autor se plantea y a las que trata de dar respuesta convenientemente razonada

En este apartado se debe precisar si el texto sigue una organización narrativa (relata un acontecimiento según un orden cronológico o temporal), descriptiva (explica cómo es un objeto o persona, de arriba abajo, de derecha a izquierda, según sus partes, etc...), expositiva (analiza de forma profunda un tema científico, histórico, social...), argumentativa (intenta convencer al público de la validez de una opinión o idea).
Así puede elegir estructuraciones como Estructura deductiva / analizante, inductiva / sintetizante, encuadrada, en paralelo, interrogante, lineal, etc.

EL COMENTARIO CRÍTICO

Este apartado implica un triple proceso: determinar qué se dice (explicación y aclaración del sentido del contenido), cómo se dice (valoración crítica de los diferentes elementos – ideológicos y formales - ) y la opinión personal.
Para ello hay que demostrar:
- Capacidad crítica para enjuiciar la realidad y emitir opiniones críticas sobre lo que se lee.
- Expresión lingüística: madurez expresiva, comunicar por medio del ejercicio propuesto que se posee corrección, propiedad y fluidez en el uso del lenguaje.
Con el fin de seguir un cierto orden en el comentario crítico, ofrecemos ahora uno de los posibles métodos para la realización de este ejercicio.
1. Aclaración de las ideas (¿Qué se dice?) Comentar un texto implica precisar el sentido y el alcance de las ideas que contiene. Para ello es necesario hacer una reflexión acerca de lo que dice el texto, explicando el significado de los términos, conceptos y datos fundamentales. Esto se puede hacer bien siguiendo literalmente el texto (precisando su contenido en el mismo orden en el que el autor lo ha puesto) o bien reorganizando las ideas y comentándolas de acuerdo a su lógica interna (la de la estructura). Ni en uno ni en otro caso el comentario debe reducirse a una mera repetición del contenido. Puntos de reflexión que pudieran incluirse:
- Aclaraciones o precisiones de conceptos o argumentos utilizados.
- Matizaciones acerca de las causas o consecuencias de las afirmaciones.
- Puntualizaciones que muestren más claramente lo que en el texto puede quedar más oculto.
- Reflexiones para asociar el contenido del texto con otros hechos o realidades externos al mismo, pero con los que guarda evidentes relaciones.

Si el texto es literario de un autor conocido (por ejemplo, Federico García Lorca o Camilo José Cela), se puede realizar un breve comentario (dos o tres líneas) sobre el movimiento literario del autor, su importancia, etc.

2. Valoración crítica (¿Cómo se dice?) Corresponde ahora realizar un juicio crítico del texto comentado. Dicho juicio debe ser personal y razonado, y tomará como elementos de referencia cuantas afirmaciones se hayan hecho en el apartado anterior. Debería centrase en aspectos como:
-Grado de autenticidad y validez de los argumentos y datos utilizados. Si se dudara de su adecuación para probar la tesis del autor, se razonarán los motivos de tales dudas. De igual modo, y si existieran, se pondrán de relieve cuantas vaguedades, incoherencias, ambigüedades o contradicciones se hayan apreciado en la exposición, así como cualquier otro aspecto que se considere relevante (utilización de eufemismos para encubrir o atenuar determinadas realidades, manipulación de datos, etc.).
-Interés y adecuación del tratamiento otorgado al tema. Se valorará la originalidad de dicho tratamiento, destacando las ventajas o innovaciones que aporta en relación con otros posibles, la perspectiva personal del autor, etc.
-Adecuación y efectividad de los medios formales empleados: claridad expositiva; propiedad, variedad y riqueza del vocabulario, corrección sintáctica, etc.
Se trata, por tanto, de valorar los aciertos y errores del autor en la elaboración del texto, justificando cada una de las afirmaciones o juicios vertidos. De todos modos conviene obrar con cautela; de ningún modo se plantearán las críticas en un tono polémico, agresivo o irrespetuoso para con el autor, y habrá que procurar que las opiniones emitidas sean objetivas y no resulten de una postura personal excesivamente subjetiva o mediatizada.
3. Conclusión. Opinión personal. Resulta conveniente finalizar la valoración crítica con varios párrafos en los que, de una manera breve, se expongan nuestras ideas, opiniones personales, sentimientos, etc que provoca el texto.